sábado, 30 de mayo de 2015

SANTO TÓMAS DE AQUINO
 
 






Santo Tomás de Aquino nace (Italia) el año 1225. Hijo de los condes de Aquino recibe  educación religiosa y científica dieciséis años, su vocación a la vida apostólica. A los diecinueve años ingresa en la Orden de Predicadores.
Fray Juan Teutónico, le indica que termine sus estudios en París , bajo la guía de Fray Alberto Magno, quién le convence que profundice en Aristóteles, el filósofo de la razón, la razón es un Don de Dios y a él debe ordenarse.
A los treinta y dos años Tomás de Aquino es maestro de la cátedra de teología de París. En Tomás, la Palabra de Dios en la Escritura tiene la primacía sobre las otras ciencias, y hace de la oración la fuente más fecunda de sus investigaciones. Mientras permanece en París, Santo Tomás y los hermanos Predicadores elaboran en comunidad filosofía y teología, para después hacerla presente en la universidad. Escribe muchas obras que destacan por su profundidad, como los cuatro grandes libros sobre el Maestro de las Sentencias.
Alternó la enseñanza con la predicación. Se dedicó al trabajo teológico, investigar incansablemente la verdad, entregarla a los demás en escritos; su obra demuestra la estrecha coherencia entre la razón humana y la divina revelación. Su comportamiento siempre fue humilde y cordial.
Santo Tomás de Aquino falleció en la abadía de Fossanova el 7 de marzo de 1274, cuando iba al concilio de Lyon. Fue canonizado en 1323 por Juan XXII.

La metafísica tomista.

La "Suma Teológica" se considera la obra cumbre de santo Tomás, comienza planteando el problema teológico de la existencia de Dios. La mayor parte de la metafísica tomista procede de Aristóteles, aunque también hay elementos procedentes del platonismo agustiniano y de la filosofía árabe.
Al igual que para Aristóteles, para Sto. Tomás la metafísica es la ciencia del "ente en cuanto ente" y, como tal, la ciencia de las primeras causas y principios del ser. Al igual que Aristóteles aceptará, pues, la teoría de las cuatro causas, la teoría de la sustancia y la teoría del acto y la potencia. Pero la necesidad de conciliar el aristotelismo con el cristianismo le llevará a introducir una nueva estructura metafísica, utilizada ya por Avicena: la de la distinción entre esencia y existencia. Además, recurrirá a las teorías platónicas de la participación, de la causalidad ejemplar y de los grados del ser.
La teoría de las cuatro causas
En el libro I de la Metafísica, luego de haber identificado el verdadero saber con el conocimiento de las causas del ser, Aristóteles nos presentaba las cuatro causas de las que ya nos había hablado en la Física. Santo Tomás de Aquino aceptará y adoptará la formulación aristotélica de la teoría de las cuatro causas:
La causa material, aquello de que está hecha una cosa; la causa formal, lo que es una cosa; la causa eficiente, el agente que la produce; y la causa final, el para qué de una cosa.
La sustancia es identificada con la entidad concreta, constituida por un compuesto indisoluble de materia y forma. Acepta, por lo tanto, la misma ordenación de las categorías accidentales que Aristóteles: cantidad, cualidad, relación, lugar, tiempo, posición, estado, acción y pasión. ¿Es posible la existencia de sustancias que no estén compuestas de materia y forma? Ha de serlo, si se pretende conciliar la filosofía aristotélica con la revelación, que se refiere, al menos, a dos de ellas: los ángeles y Dios.
La teoría del acto y la potencia con Aristóteles compartirá la distinción entre ser en acto y ser en potencia. Por ser en acto se refiere, a la sustancia tal como en un momento determinado se nos presenta y la conocemos; por ser en potencia el conjunto de capacidades o posibilidades de la sustancia para llegar a ser algo distinto de lo que actualmente es. Un niño tiene la capacidad de ser hombre: es, por lo tanto, un niño en acto, pero un hombre en potencia. Es decir, no es un hombre, pero puede llegar a serlo. Junto con las dos teorías anteriormente citadas dispone santo Tomás de todas las estructuras metafísicas necesarias para dar cuenta de la realidad física, del mundo.
Teoría de la esencia y la existencia, todo aquello que no está incluido en el "concepto" de una esencia debe llegarle del exterior y adaptarse a ella, ya que una esencia no puede ser concebida sin sus partes esenciales. Por tanto, toda esencia o "quiddidad" puede ser captada por la razón sin que la existencia lo sea igualmente. Luego todo lo que conviene a una cosa, o se deriva de los principios de su naturaleza (como la capacidad de reír en el hombre), o de un principio extrínseco, como la luminosidad de la atmósfera depende del sol. Es necesario que toda realidad, en la que la existencia es distinta de la esencia, haya recibido de otro esta existencia."("De ente et essentia, c.5)
Para Aristóteles la esencia venía representada exclusivamente por la forma; para Sto. Tomás la esencia de los seres contingentes comprende también la materia, y la esencia de los seres espirituales se identifica exclusivamente con la forma, ya que carecen de materia. Se establece pues una separación radical entre Dios y el mundo, haciendo del mundo una realidad que debe su existencia a Dios, único ser necesario. Esta identificación del ser con la existencia le permitirá a Sto. Tomás hablar de seres constituidos por formas puras, como los ángeles y Dios, distinguiéndose en que los ángeles reciben también la existencia de Dios. Le es posible, entonces, admitir sustancias inmateriales, lo que desde una posición estrictamente aristotélica resultaría difícilmente sostenible.
La distinción entre la esencia y la existencia santo Tomás recurre a la teoría neoplatónica de los grados del ser, estableciendo una jerarquía que va de los seres inanimados a Dios, pasando por los seres vegetativos, los sensitivos y los racionales, en el mundo material, y por los ángeles en las esferas celestes.
Pensamiento filosófico
Santo Tomás romperá parcialmente con dicha tradición adoptando el aristotelismo como base de su pensamiento filosófico.
Romperá también con la tradición al adoptar una nueva postura respecto a las relaciones entre razón y fe. La filosofía no será concebida ya como la simple "criada de la teología". Es cierto que la verdad es una, pero para Sto. Tomás no es menos cierto que la razón tiene su propio ámbito de aplicación, autónomo, dentro de esa verdad única, al igual que ocurre con la fe.
Santo Tomás  desarrolló el "realismo filosófico", replanteando de un modo radicalmente nuevo numerosas cuestiones que hasta entonces se habían considerado ya decididas.

Por lo que respecta la existencia de Dios Santo Tomás afirma taxativamente que no es una verdad evidente para la naturaleza humana, (para la razón,) por lo que, quienes la afirmen, deberán probarla. Si la existencia de Dios no es una verdad evidente para nosotros es necesario, pues, que sea demostrada de un modo evidente para la razón, de un modo racional, en el que no intervengan elementos de la Revelación o de la fe.
Y la única existencia indudable para nosotros es la existencia sensible. Por ello desarrollará sus cinco pruebas de la existencia de Dios a partir siempre de la experiencia sensible, la primera pero no la única forma de experiencia que el hombre conoce...
Las cinco vías de la demostración de la existencia de Dios
La primera vía y más clara se funda en el movimiento. Consta por los sentidos, que en el mundo hay cosas que se mueven. Por consiguiente, es necesario llegar a un primer motor que no sea movido por nadie, y éste es el que todos entienden por Dios.
Segunda vía es la eficiencia nos consta la existencia de causas eficientes que no pueden ser causa de sí mismas, ya que para ello tendrían que haber existido antes de existir, lo cual es imposible, esa causa encausada es Dios.
Tercera vía la contingencia, hay seres que comienzan a existir y que perecen, es decir, que no son necesario, un primer ser necesario, ya que una serie causal infinita de seres contingentes es imposible. Y este ser necesario es Dios.
Cuarta vía considera los grados de perfección que hay en los seres. Vemos en los seres que unos son más o menos buenos, verdaderos y nobles que otros, y lo mismo sucede con las diversas cualidades. Existe, por consiguiente, algo que es para todas las cosas causa de su ser, de su bondad y de todas sus perfecciones, y a esto llamamos Dios.
Quinta vía se toma del gobierno del mundo. Vemos, en efecto, que cosas que carecen de conocimiento, como los cuerpos naturales, obran por un fin, como se comprueba observando que siempre, o casi siempre, obran de la misma manera para conseguir lo que más les conviene; por donde se comprende que no van a su fin obrando al acaso, sino intencionadamente. Ahora bien, lo que carece de conocimiento no tiende a un fin si no lo dirige alguien que entienda y conozca, a la manera como el arquero dirige la flecha. Luego existe un ser inteligente que dirige todas las cosas naturales a su fin, ya éste llamamos Dios.
Siguiendo a Aristóteles, Santo Tomás concibe al hombre co­mo una única sustancia, compuesta de materia (cuerpo) y forma (alma racional). No obstante, frente a Aristóteles, y de acuerdo con el cristianismo, mantiene que el alma humana es inmortal.
El hombre es la más importante de las criaturas por su alma racional y espiritual. Dios creó e! alma de cada hombre singularmente. Por su alma, el hombre es imagen y semejanza de Dios. El Alma es la forma sustancial del cuerpo, esto es, aquello que hace que e! hombre sea lo que es en todas sus di­mensiones: espirituales, corporales, sensitivas, etc. El alma forma con e! cuerpo una unidad sustancial. El hombre tiene sólo un alma que es de natura­leza intelectiva. Virtualmente tiene funciones sensitivas y vegetativas confiriendo así la unidad sustancial al hombre. El ser y el obrar del hombre adquieren unidad y coherencia en virtud de que el alma es única e impone la unidad a todas las opera­ciones humanas.
El alma es inmortal por dos razones:
• Porque ella fue creada directamente por Dios y no tuvo origen o generación corporal. Por eso sólo Dios podría «destruir» el alma.
• Porque es espiritual y no depende para su subsistencia del cuerpo ni de sus funciones, aunque esté unida substancialmente al cuerpo.
Sus ideas principales son:
a) El hombre es libre. La libertad es una pro­piedad de la voluntad humana. La voluntad es la fa­cultad que «apetece el bien».
b) Los actos humanos son aquellos que se rea­lizan conscientemente. De estos actos e! hombre es responsable.
c) El fin último de! hombre es la posesión de Dios, soberano bien. Todos los demás fines de las acciones humanas deben encaminarse a este último objetivo. El mal moral consiste en no proponerse como fin último la posesión de Dios.
d) Para lograr este objetivo el hombre debe cumplir lo que impone la ley natural, que es la pre­sencia en la naturaleza humana de la ley eterna. La ley eterna es e! designio de Dios sobre los seres naturales, esto es, lo que Dios impuso como fin de to­das y cada una de las naturalezas creadas.
e) La ley natural impone «hacer el bien y evi­tar el mal». Este precepto se concretiza en el hom­bre como conciencia moral u obligación de hacer ciertas acciones y evitar otras.
f) La ley positiva, es el mandato razonable promulgado por la autoridad competente en orden al bien común de una comunidad o sociedad. El hombre está obligado a cumplir las leyes positivas justas. Y son justas todas aquellas leyes que no con­tradigan la «ley natural».
g) La Ley positiva es el medio para que el Es­tado procure el Bien común, que es su objetivo. La Autoridad civil debe ordenar todo para alcanzar el bien común de los ciudadanos.
h) Para lograr el bien común debe buscarse la paz, el buen obrar de acuerdo con la ley natural (moralidad) y los medios necesarios para vivir. Las leyes tienen así que procurar estos tres objetivos. Si no los procuran son «leyes injustas» y no se está obligado a obedecerlas. La autoridad que promulga «leyes injustas» se convierte en tiranía y el ciuda­dano no debe obedecer al tirano, sino derrocarlo cuando hay garantía de que su derrocamiento no va a causar males mayores.
Frases de Santo Tomás De Aquino
El amor no es una pasión, porque ninguna virtud es pasión, y todo amor es "cierta virtud".
Lo que se recibe se recibe al modo del recipiente.
Toda verdad, dígala quien la diga, es del Espíritu Santo.
Sea cual fuere el don que hagamos a alguien, el primer regalo que le hacemos es el de amarle.
La fe se refiere a cosas que no se ven, y la esperanza, a cosas que no están al alcance de la mano.
Teme al hombre de un solo libro.
La inconstancia es un pecado especial de la prudencia.
El Ser subsistente por sí mismo
Tratad a los demás como deseáis que los demás os traten a vosotros.
El pecado ofende a Dios lo que perjudica al hombre.
La ley es la prescripción de la razón, ordenada al bien común, dada por aquel que tiene a su cargo el cuidado de la comunidad.
Justicia sin misericordia es crueldad y misericordia sin justicia genera disolución.
Cada hombre tiene que inventar su camino.
La justicia es la firme y constante voluntad de dar a cada uno lo suyo, Justicia
Para ser voluntario un acto, ha de proceder de un principio intrínseco con algún conocimiento del fin.
Por naturaleza todos los hombres son iguales en libertad, pero no en otras dotaciones.
En esta vida, es mejor amar a Dios que conocerlo.
El Alma se conoce por sus actos.
El estudioso es el que lleva a los demás a lo que él ha comprendido: la verdad.
Los ángeles necesitan un cuerpo supuesto, no por ellos mismos sino por beneficio de nosotros.
Maravilla es el deseo del conocimiento.
Dios, que es acto puro y no tiene nada de potencialidad, tiene un poder activo infinito sobre las demás cosas.
A aquel que tiene fe, ninguna explicación le es necesaria. Para uno sin fe, ninguna explicación es posible.
El obrar sigue al ser.
Los seres dotados de inteligencia desean existir siempre y un deseo natural no puede existir en vano.





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